miércoles, 1 de enero de 2014

La princesa que vino del Norte



La historia de Kristina de Noruega es una de esos tristes relatos que tanto gustaron a los historiadores del siglo XIX. Pasíones y melancolía, una bella y rubia princesa según las crónicas, un marido descuidado, la soledad en un entorno completamente desconocido...
 Sin embargo, por esos avatares de la vida, no fue hasta 1958 cuando se descubrió la momia de esta joven nórdica en la Colegiata de San Cosme y San Damián en la burgalesa localidad de Covarrubias, muy lejos de su lugar de nacimiento.
 Los estudios posteriores de las crónicas de la época nos han permitido saber que Kristina, hija del rey Haakon IV de Noruega, nació en 1234 en la pequeña ciudad de Bergen. También se cuenta que era una chica bella y culta (tenía conocimiento de varios idiomas) dentro de la modesta corte de aquel reino. a la edad de 23 años  fue objeto de intercambio entre este monarca y Alfonso X "el Sabio" de Castilla (1252-1284) para casarla con su hermano Felipe. El objetivo de este intercambio era, por un lado, obtener un aliado en la lucha de Alfonso X por coronarse emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico; por otro, Haakon IV buscaba un socio comercial en el reino castellano.
 De este modo, en el verano de 1257 Kristina embarcó en el puerto de Bergen hacia tierras del Sur, y tras pasar por los reinos de Inglaterra y Francia y la Corona de Aragón (aquí cuentan que Jaime II quedó prendado de su belleza), al fin llegó a Burgos en diciembre. 
 En marzo de 1258, al fin, Kristina de Noruega contrajo matrimonio con el infante Felipe en Valladolid, y desde allí se desplazaron a la residencia del infante en Sevilla, donde había sido arzobispo (los caminos del Señor en la Edad Media eran inescrutables, y más aún en las clases altas y sus intereses de poder).
 Desde aquí, la Historia cuenta que Kristina murió de pena en Sevilla, sola, en una corte extranjera y desatendida por el infante; tanto, que ni siquiera llegó a cumplir el deseo de la princesa de que se levantara una iglesia dedicada a San Olaf, deidad nórdica (tal deseo se cumplió a comienzos de este siglo).


En los últimos años, quizá porque lo que se menciona no desaparece, Kristina de Noruega sigue viva en la cultura medieval hispana gracias a la obra de algunos escritores y escritoras, tales como:

-Cristina Sánchez-Andrade, Los escarpines de Kristina de Noruega, Madrid, 2010
-Jesús Maeso de la Torre, La cúpula del mundo, Madrid, 2010
-Espido Freire, La flor del Norte, Madrid, 2011


Si te ha gustado el relato, puedes dejarme un comentario si te apetece. Muchas gracias por tu atención!





6 comentarios:

  1. Interesante historia, parece que el conocimiento de los reinos nórdicos en aquella epoca pudiera ser mayor del que suponemos hoy en día. He leido algo de una princesa noruega en el Amadis de Gaula.

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  2. Muy ameno e interesante. Enhorabuena.

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  3. Muy bien. Gracias., Yo visité Covarrubias y vi a Ia princesita, toda una princesa de cuento. Me encantó su escuItura.Enhorabuena por eI bIog..

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  4. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, la verdad es que la cultura nórdica quizá no ha sido demasiado valorada por estas tierras. Probablemente el mayor arraigo de la cultura musulmana en época medieval ha provocado ese desconocimiento, pero no se puede olvidar que el arte románico tiene influencias del Norte de Europa en muchos aspectos, sin olvidar que muchas de las tradiciones cristianas arraigaron a partir de costumbres paganas que procedían del centro y norte de Europa, y aún hoy perduran... No hay más que pensar en Halloween, por ejemplo...

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  5. Me ha gustado su relato. Han pasado casi treinta años desde la primera vez que visité la Colegiata y me interesé por el estado de conservación de la momia de la princesa. Nadie supo, pudo o quiso darme ningún dato. Sin embargo tuvo que haber testigos de la apertura del sepulcro., un acta, religiosa o civil...
    Podría decirme algo al respecto?
    Muchas gracias!

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  6. Halloween una tradición cristiana??

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