Como bien recordáis, queridos lectores/as, la semana pasada dediqué una entrada a hablar de la mujer trabajador y los orígenes de su día conmemorativo, y en concreto ponía el caso de las cocineras ( http://mujerycoeducacion.blogspot.com.es/2014/03/con-las-manos-en-la-masa.html ).
Esta semana, siguiendo un poco esta línea, quiero hablaros de un descubrimiento reciente. Se trata de Gerda Taro, una fotoperiodista alemana que tuvo gran relevancia en la Guerra Civil española.
Esta fotógrafa es considerada la primera fotoperiodista fallecida mientras cubría una guerra. Sus fotos delatan sus ideales y una nueva actitud ante la guerra, son fotos más humanas y cercanas, desprovistas de ese halo de heroísmo romántico o de gravedad que imperaban en otro tiempo. Poco a poco, el fotoperiodismo se acerca al frente, ve el sufrimiento y capta tanto escenas terribles como otras tiernas y llenas de camaradería. Esta nueva actitud, consecuencia de las experiencias de la Primera Guerra Mundial, es posible también gracias a las nuevas cámaras de 35 mm, más ágiles, ligeras y fáciles de manejar.
Gerda Taro, cuyo nombre original era Gerta Pohorrylle, nació el 1 de agosto de 1910 en Stuttgart en els seno de una familia judía proveniente de la región de Galitzia (Polonia).
Su infancia y adolescencia se desarrolló en un ambiente burgués típico (aunque Gerda Taro participó activamente en política en entornos comunistas y de izquierdas, e incluso llegó a estar detenida), hasta que se trasladó con su familia a Leipzig a comienzos de los años 30. La subida de Hitler al poder en 1933 supuso el comienzo de las represalias contra los judíos.En este ambiente, Gerda, decidió dejar Alemania y exiliarse a París.
Esta fotógrafa es considerada la primera fotoperiodista fallecida mientras cubría una guerra. Sus fotos delatan sus ideales y una nueva actitud ante la guerra, son fotos más humanas y cercanas, desprovistas de ese halo de heroísmo romántico o de gravedad que imperaban en otro tiempo. Poco a poco, el fotoperiodismo se acerca al frente, ve el sufrimiento y capta tanto escenas terribles como otras tiernas y llenas de camaradería. Esta nueva actitud, consecuencia de las experiencias de la Primera Guerra Mundial, es posible también gracias a las nuevas cámaras de 35 mm, más ágiles, ligeras y fáciles de manejar.
Gerda Taro, cuyo nombre original era Gerta Pohorrylle, nació el 1 de agosto de 1910 en Stuttgart en els seno de una familia judía proveniente de la región de Galitzia (Polonia).
Su infancia y adolescencia se desarrolló en un ambiente burgués típico (aunque Gerda Taro participó activamente en política en entornos comunistas y de izquierdas, e incluso llegó a estar detenida), hasta que se trasladó con su familia a Leipzig a comienzos de los años 30. La subida de Hitler al poder en 1933 supuso el comienzo de las represalias contra los judíos.En este ambiente, Gerda, decidió dejar Alemania y exiliarse a París.
Retrato de Gerda Taro |
Entrenamiento de una miliciana republicana (1936) |
En 1936 estalla la Guerra Civil española.
Gerda Taro acaba de cumplir 26 años cuando atravesó la frontera para cubrir la
guerra (5 de agosto de 1936). Llevaba una Rolleiflex y su compañero Capa una
Leica; su estilo era parecido y las fotografías aparecieron con la marca “Capa”,
más tarde “Capa&Taro” y después “Photo Taro”.
Taro y Capa Recorrieron varios puntos de la geografía
española. Por ejemplo, estuvieron en el cerro Muriano (Córdoba), donde Capa realizó la famosa fotografía del miliciano abatido.
Mientras tanto, Gerda había conocido a Ted Allan, comisario político, cuyas influencias le permitieron estar en los primeros
momentos de la toma de Brunete por los republicanos (1937). Tras aparecer sus primeras fotos de la guerra publicadas (El 22 de julio de 1937 aparecían publicadas unas fotografías de la toma de Brunete por el Ejército republicano en las páginas de la revista francesa ilustrada Regards), que recibieron un reconocimiento importante, la fotógrafa se entera de que la
batalla no había hecho nada más que empezar. Así, vuelve al frente y,
desobedeciendo las órdenes del general Walter, prosigue haciendo fotos en primera
línea. La retirada hacia Villanueva de la Cañada se hace penosa, después de
haber sufrido los ataques aéreos y ver tanta gente muerta y herida. El general
Walter recoge a Gerda y a Ted Allan en su coche, pero antes de llegar a
Valdemorillo nuevos aviones aparecen en el cielo. El desorden y el caos
estallan entre la tropa y en un movimiento brusco Gerda Taro cae al suelo y es atropellada por un tanque.
Muerte de un miliciano, de Robert Capa (1936) |
La agonía en el hospital de El Escorial adonde
fue trasladada debió de ser terrible y, finalmente, murió en la madrugada del
26 de julio de 1937.
Gerda Taro fue una pionera en el mundo del fotoperiodismo y del periodismo de guerra, y sus fotografías se pueden considerar obras de arte a mostrar en las aulas.
Gerda Taro fue una pionera en el mundo del fotoperiodismo y del periodismo de guerra, y sus fotografías se pueden considerar obras de arte a mostrar en las aulas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario